miércoles, 23 de septiembre de 2009

HACIENDO PRUEBAS

No estoy seguro de quien dijo "la nacionalidad no es más que un accidente geográfico", pero es una afirmación que me encanta.
¿Por qué no tuvimos el privilegio de nacer en Canadá? ¿O en Noruega, Suecia, Finlandia, Holanda, Belgica o Dinamarca? ¿O en Alemania? ¿O en la República Checa? ¿O de perdis en Alemania o Australia?
Claro, pudimos haber nacido en el África subsahariana, o en Nicaragua, o en Afganistan...
Pero el desarraigo es a fin de cuentas otra cosa. Ser "ciudadano de Dios y del Mundo" es otro asunto. Reivindicar la localidad en razón de la globalidad es el gran reto contemporáneo, y más allá, vislumbrar sitios, momentos, ideas, percepciones, emociones, dudas, temores...