Como siempre ganan los memes, derrapes y
frases pegadoras, el artificio y su humareda, que la narcocandidata del
narcopartido, que la innombrable del PRIAN, que el esquirol. Que todo se queme,
los asiduos, los adictos, nos regodeamos, nos extasíamos alrededor de esa pira.
El grueso de la gente sigue viendo a la
política como algo absolutamente ajeno, tóxico, un espectáculo morboso.
Bastante tienen con sortear la violencia, la incertidumbre, el hartazgo de
estos tiempos sin horizontes. ¿Cómo tomarse en serio ese estercolero?
Ensuciarse
en la Trinchera
Las campañas electorales son lo más
parecido a una guerra: se conquistan territorios (secciones, distritos,
municipios, entidades, el país) con votos. La “fuerza aérea” son medios, redes, chats, pero el control territorial lo logran comandos y brigadas que
avanzan promoviendo los votos necesarios para ganar cada territorio.
Por eso tenemos que salirnos de nuestras
“burbujas” de las redes, que solo nos
bombardean con lo que queremos que nos digan.
¿Ya
conocemos nuestra sección, distrito local y federal? ¿A los candidatos de la
alianza para cada cargo?[1]
¿Sus perfiles, trayectoria, propuestas? ¿Cómo vamos a monitorear su trabajo de
resultar electos? ¿Tenemos algún contacto con los equipos de campaña? Si no están coordinados en la cobertura territorial para hacer
campaña por toda la alianza, tenemos que exigir que se coordinen, o la guerra no se ganará. Es vicio común que
traen sus grillas y envidias, y no quieren brindarle, ni deberle, el triunfo a
nadie más. Que cada quien se rasque con sus propias uñas es la tónica en su
feria de desconfianzas.
Idealmente, ciudadanía y sociedad civil han recuperado problemáticas, demandas,
necesidades, propuestas, causas, proyectos y agendas desde abajo, construyendo
legitimidad y confianza directamente con la gente, avanzando en la
convocatoria a representantes de casilla y peinando el territorio con los
partidos. Este ideal ha ocurrido en muy
raras ocasiones.
Ahora, como ciudadanía deberíamos
prepararnos para 1) la defensa del triunfo de Xóchitl o 2) la resistencia ante el inminente fraude electoral en algo peor que una
elección de estado, esta elección sin ley, con el demente de palacio más
rabioso que nunca, con autoridades blandengues, infiltradas, violencia y
control territorial por el crimen organizado para imponer el miedo y resultados
a modo, y muchos compatriotas dudosos de las opciones, no por ignorantes o
imbéciles, sino porque nadie ha sabido llegar a ellos y convencerlos de que hay
algo mejor de lo que padecen. Así anda la trinchera.
¿Estamos listos? Aún no hemos visto lo peor.
[1] Pueden consultarse candidaturas aquí: https://sirec.iecm.mx/conoceles/index
https://candidaturas.ine.mx/ o en los Organismos Electorales de cada
entidad.