sábado, 12 de junio de 2021

Exótico y Crudo Oriente Xalpa, parte I

(Publicado en Gaceta del Parque el 2 de mayo de 2021)

“Somos todo el pasado, somos nuestra sangre, la gente que hemos visto morir, los libros que nos han mejorado. Somos gratamente los otros.”

JLB

 

Un preámbulo provocador

Somos tiempo y somos memoria, somos lo que recordamos, somos también lo que ocultamos, provocando que alguien, digamos con espíritu crítico, decida escarbar ahí. Sí, también somos lo que comemos (¡lo que desechamos!), lo que hacemos, lo que actuamos, lo que pensamos. Somos tanto, sin siquiera darnos cuenta, y a su vez, somos tan poco.

Desde tan inconmensurable contradicción hablemos de la memoria, la avidez de memoria, esa que carcomía a los replicantes en Blade Runner, ante su imposibilidad de perdurar, igual que cualquiera de nosotros.

Construir memoria en estos tiempos de lo efímero, de Tik Tok arrebatando usuarios a todas las redes virtuales, de miedo, violencia e incertidumbre permanentes, de acechante conspiracionismo, parece especialmente titánico.

Los boomers tienen nostalgia de los años 50-60 del recortado S. XX. Quienes hayan atestiguado el periodo entreguerras ya son dinosaurios sobrevivientes de ese ciclo corto. De la década de los 70 a veces parece que nadie quiere acordarse, aunque en México fuera determinante de tantas contradicciones que seguimos sin resolver y parece que han vuelto por sus fueros: vivimos un espíritu retro, o vintage, que a veces se parece tanto a esos años infaustos.

La generación X, es decir, la mía (¡Nos toca vacuna!), revive con fascinación el mal gusto (no renieguen del Glam) y la arrogancia de esos años 80 y sus coletazos en los 90. Nos recolonizó la globalización (qué anacronismo) y nos desvanecimos en los aires de la posmodernidad (otro anacronismo… como todo). ¿Por qué este recuento? Porque el papel de esa memoria tan evanescente se ha venido reinventando todo el tiempo.

Si se echan un clavado en Facebook, podrán encontrar que proliferan como hongos tras la tempestad las páginas y grupos que reivindican la nostalgia. Desde Rock 101 a periódicos, revistas, fotos, publicidad o ilustraciones viejas, pasando por El Fonógrafo. Esa avidez de tiempos idos ¿habla de los vacíos de nuestro presente? ¿De nuestra incapacidad de proyectar futuro?

El revuelo de la memoria

Ya justificaré tanta digresión. Hace casi un año, en el encierro impuesto por la pandemia, encontré por motivos de trabajo (o huida del) una suculenta reconstrucción de los tiempos en que la colonia Xalpa, en la Sierra de Santa Catarina era un asentamiento irregular en construcción.

La explosiva expansión de la mancha urbana desde esos renegados años setenta sin duda tiene puntos culminantes en el relato de Ciudad Nezahualcóyotl, que Roma retrata lírica y crudamente (yo que caminé por esos paisajes), en zonas como los Pedregales de Coyoacán (al respecto, puede consultarse www.elcoyoteitinerante.org.mx), pero particularmente en las peripecias del Movimiento Urbano Popular, muy arraigado en Iztapalapa, en San Miguel Teotongo, y otros asentamiento, como la colonia Xalpa.

Pero más allá del barniz ideológico del MUP, el relato espontáneo de testimonios en Facebook sobre aquellos tiempos contiene un intenso y elocuente revuelo de la memoria. A eso iré, ¡por fin! en la siguiente entrega.


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