El Plan A
La exitosísima movilización en más de 80
ciudades de México y el mundo y la aguerrida actuación de Xóchitl en el debate
y el posdebate han generado un ánimo eufórico.
Ahora, defender el triunfo y organizar el
gobierno de coalición, planteando agenda ciudadana con monitoreo de todos los
representantes federales y estatales electos, de todos los gobernadores,
municipios y alcaldías y de todos los proyectos, políticas públicas y programas
que se emprendan, será imprescindible para la nueva gobernanza democrática.
Tenemos que reivindicar además causas
de futuro: cuidado de la tierra y el medio
ambiente, reducción de todo tipo de violencias, desde las simbólicas o
culturales (como la polarización chairos fifis, la permanente exposición de
frivolidades y horrores en televisión abierta, etc.) hasta sus crudas
manifestaciones físicas en calles, vecindarios, escuelas, hogares; mejores
procesos productivos y respeto a derechos laborales con mejoras salariales,
educación de calidad para un mundo que ya nos rebasó con la relocalización, con
la geopolítica de violación de derechos humanos y amenazas globales a la democracia,
la IA, el indispensable desarrollo científico y tecnológico, salud accesible y
de calidad, fortalecimiento de la ciudadanía, un extenso etcétera.
Sin causas concretas, sin estímulo para
atender y resolver colectivamente problemas de comunidades y sectores sociales,
la democracia se vuelve ficción y la reducimos a depositar un voto para
partidos y políticos profesionales que no rinden cuentas de sus decisiones.
Profundizar la democracia es parte crucial de lo que urge corregir.
Todo esto tendrá viabilidad con un
gobierno de Xóchitl Gálvez. ¿Y si tenemos que ir a la contra con un gobierno
de la 4t?
Ya avisaron que un triunfo opositor
será para ellos producto de un fraude. No conciben perder porque el descomunal
fraude lo están haciendo ellos: la única opción es que enfrente harán otro
peor, así la psicosis 4tera y su “humanismo” criminal.
El Plan B
Aunque sea una mentira piadosa decir que
no lo hay, Xóchitl, ingeniera, inteligente, responsable y práctica, sabe que
debe haber Plan B. ¿Estamos dispuestos a prepararnos para lo peor?
Los oportunistas van a reconocer el
triunfo de la calca y hacer retórica por la unidad, la reconciliación, los
fines elevados de México, bla bla bla. Ese es su plan.
La ciudadanía estará entre expectante,
perpleja, frustrada, furiosa... o sentimientos peores. En democracia sería
natural hacer esas tareas de vigilancia, propuesta, exigencia, atención a los
temas específicos mencionados arriba. Pero con la 4t y su lógica represiva,
autoritaria, antidemocrática, nada de eso será posible. ¿Habrá plantones y
marchas? ¿Se convocará a formas de resistencia pacífica? ¿Cuántos ciudadanos y ciudadanas
nos movilizaremos? ¿Qué harán los partidos? ¿Qué harán Xóchitl y su equipo
más cercano?
¿Cómo vamos a enfrentar ese escenario de
terror? El escenario ideal es el triunfo de Xóchitl y, contra la narrativa
4tera, la moneda sigue en el aire. Ahí tendremos todos una enorme
responsabilidad para impulsar un Gobierno de Verdad.
Pero no podemos seguir indiferentes ante la factibilidad del escenario de terror. ¿Quién está considerando el imprescindible Plan B?
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