jueves, 6 de junio de 2024

Ágora de Babel La Orfandad de la Derrota

La suma de membretes zombis no alcanzó. El inmenso desprestigio de los partidos desfondó el optimismo aritmético, haciendo evidente que sin contenido y oferta definida, la unión fundada solo en el rechazo a la 4t no atrajo las preferencias ciudadanas. Ya se arrastra mucha experiencia de alianzas que ganaron elecciones sin generar mejores gobiernos. Nadie reparó en ese antecedente ominoso.
La alianza se limitó a ser electoral, aunque pretendió venderse como programática con la promesa de un "gobierno de coalición", que no pasó de ser un enunciado sin respaldo en una plataforma común, promovida en la campaña. Prometer mejoras y ampliaciones en programas sociales y ciertas políticas no es un programa de gobierno.
Así, partidos y cúpulas estuvieron más concentrados en sus pactos de impunidad, cuotas y cuates, como el que con todo cinismo exhibió el dirigente panista para las elecciones de 2023 en Coahuila, que en respaldar una campaña consistente.
Todos vimos como en los spots cada quien jaló por su lado, con protagonismos de esos líderes megalómanos y con esporádicas apariciones de Xóchitl para intentar exponer las propuestas de la alianza. Nunca hubo un mensaje coherente en los spots, nada para construir una Narrativa alterna a los mitos 4teros.
El mayor chasco, la más enorme decepción, queda en la marea rosa. Nunca asimiló que llenar plazas NO es llenar urnas, que redes y chats con memes, información chatarra, hashtags y vídeos reciclados hasta el hartazgo, sin ningún análisis, reflexión ni diálogo, NO hacen campañas exitosas. Limitarse a machacar la corrupción, incompetencia y autoritarismo de la 4t NO es suficiente para sustentar una opción ganadora. Esto evidentemente NO generó preferencias por la alianza. ¿Por qué nunca se asumió la necesidad de discutir, difundir y fortalecer desde redes y chats las propuestas de campaña?
Xóchitl y un equipo formidable, que generó una plataforma sólida y visionaria (mientras en redes y chats seguíamos machacando con información chatarra de la podredumbre de la 4t), con una Narrativa desafiante por la Vida, la Verdad y la Libertad, y una detallada agenda de temas para políticas públicas, no alcanzaron a superar los negativos y el miedo sembrados desde palacio. La inteligencia conectó con el corazón, pero faltó fuerza.
Ahora desde la confusión y la perplejidad por los malos resultados se opta por el grito de ¡¡Fraude!! y se pretende protestar y resistir desde ahí. Pésima opción.
La campaña estuvo partida al menos en esas tres vertientes, sin coordinación ni control efectivo desde el war room de Xóchitl. Una campaña que por tratar de quedar bien con todos, no resultó atractiva para los electores, que fueron a la segura: más vale lo peor ya conocido, pero que tiene buenas intenciones y nos dice lo que queremos oir, que lo medio peor que ya habíamos bateado, y no sabe venir a hablarnos bonito, trae puras quejas. Eso no genera afinidad con una propuesta opositora.
¿Qué pedazo de responsabilidad nos toca a cada quien? ¿Qué queremos o podemos aprender de esta dolorosa derrota? No estamos haciendo autocrítica y sí hemos caído en la frustración y el resentimiento. Mal hacemos en reforzar el discurso de división y estigmatización que tanto convienen a la 4t.
Lo fácil es rechazar cualquier responsabilidad. La derrota siempre es hija de otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No olvides dejarme tu opinión