lunes, 7 de marzo de 2022

Exotismos y Crudezas Chilangas Del arraigo al naufragio, y sin boleto de regreso I

(Publicado originalmente en Gaceta del Parque el 31 de agosto de 2021)


“El infierno no existe. El infierno es donde está el corazón.”

 

Ciudadanos del sentimiento

Echamos raíces donde cultivamos algún afecto. El instante hermoso, eterno, inolvidable, es ése ubicado en un momento y un lugar incomparables. Esta colaboración suele insistir en sensaciones, ideas, y rara vez en personas. Nada fácil es atisbar en esas personalidades obsesionantes, inquietantes, que por alguna sinrazón incomprensible se han vuelto imborrables aun en la irremediable ausencia. Probablemente contra su voluntad.

Todos (OK, casi todos) hemos visto la celebérrima foto en blanco y negro tomada por Nacho López de esa escultural mujer de vestido largo, ceñido, rigurosamente negro el conjunto igual que los zapatos (tal vez sería otro color oscuro, pero ¿cómo saberlo?), y esa cintura brevísima, ese cabello abundante, ondulado, y media docena de ¿caballeros? al asedio, mirando embelesados, pera decirlo eufemísticamente… foto clásica y que hoy resulta punto más que anatema de la corrección política, del más elemental discurso de género. A todo esto ¿quién era ella?

Sí, desde nuestras legendarias canciones de Cri Crí hasta los edulcorados cuentos de hadas y princesas son hoy arrojadas a la hoguera de los significados turbios, sexosos, violentos. La inocencia es imposible y por tanto toda Venus, todo David, deberían llevar cubiertas las impudicias… solo en el espacio público. Puertas adentro se vale todo. Las cifras de violencia y abuso en los hogares lo demuestran.

Fuera de tanta crudeza, ¿podríamos nombrar a quienes se plantaron ante los artistas para producir esas piezas que luego dan para mucho más que simples sueños húmedos? OK, la colección de fotos de Marilyn con fondo rojo se cuece aparte. ¿El sentimiento sublimado no es más que vulgar libido atemperada? El horror al escarceo sin pretensión de ligue y al placer de elogiar y expresar admiración por alguien parecen avanzar a veces en esa dirección.

 

Salvar a alguien, salvarnos todos

Dichosos quienes encuentran oídos, abrazos, afectos, empatía entre la desesperación. En este mundo, en estos tiempos, el universo se ha venido desvaneciendo como agua entre las manos para tantas personas, de todas las condiciones y edades. Aquí y ahora el aprecio, la fraternidad, el asombro, la simple confianza, la piedad, las palabras se tornan lo más indispensable para aportar y alcanzar un mínimo de alivio, de paz. No lo sé de cierto, solo sospecho, que quienes no han logrado al menos algo de ese alivio, esa paz, simplemente han sucumbido.

Sí tengo por cierto que quienes de tantos modos logran brindarlo, o recibirlo, se enfilan a alguna salvación, así sea efímera, precaria, ese privilegio que al menos alcanza para sobrevivir el día a día. Tengo por cierto también que quienes optaron por algún adiós, alguna evasión de la cercanía, tuvieron buenas razones, o al menos sus razones, ¿cuáles serán? ¿Qué las habrá provocado? Esas ausencias ya nunca nos lo revelarán.

Atravesamos este crudo invierno que congela todo y así hace estallar las almas, apartadas para siempre. No será nada fácil aprender a salvarnos unos a otros. Hay demasiado miedo, demasiado odio, demasiado dolor acumulados. Sin vínculos no tenemos raíces. Quedamos a la deriva, propensos al naufragio.

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